jueves, septiembre 28, 2006

Joga bonito, joga "fair play": La Batalla de Santiago


Batalla de Santiago, es el nombre que se ha dado al partido disputado entre las selecciones de Chile e Italia, el 2 de junio de 1962 en el Estadio Nacional de Santiago, Chile, durante la Copa Mundial de Fútbol de 1962.
Chile fue electo para ser sede de la Copa Mundial de Fútbol de 1962 a pesar de diversas deficiencias en infraestructura, que se agudizaron por la tragedia del terremoto de Valdivia de 1960. Debido a estas razones, la organización del torneo fue extremadamente austera en comparación a los eventos realizados previamente en Suiza y Suecia.
El sorteo del Mundial había determinado que el Grupo 2 estaría compuesto por la selección local, Italia, Suiza y Alemania. El resultado fue considerado adverso por los sudamericanos ya que tendrían que enfrentarse a tres selecciones europeas importantes, dos de las cuales habían obtenido el campeonato mundial. A esto se sumaba el hecho que Chile no registraba una gran participación desde la Copa Mundial de Fútbol de 1930. En el primer partido del torneo, Chile logró derrotar al combinado helvético por 3:1, mientras itálicos y germanos habían empatado 0:0.
Durante la candidatura de Chile para celebrar el Mundial, los periodistas italianos Antonio Ghirelli y Corrado Pizzinelli escribieron una nota para el periódico "Il Resto del Carlino" hablando sobre la precaria situación de Santiago de Chile. El titular era "Santiago, el confín del mundo: La infinita tristeza de la capital chilena.",:
"Desde que estoy en Chile tengo la curiosa sensación de llevar el mundo sobre mis espaldas. Se le siente encima igual que la tristeza de los habitantes, y ello provoca un malestar curioso que se agrava por los enormes saltos de temperatura. [...] La sangre se torna torpe y parece faltar en las venas, y después de permanecer algún tiempo en Chile uno se siente extraño a todo y a todos. El virus de la lejanía más abandonada, más solitaria, más anónima, se mete en el ánimo de todos y creo que ello incidirá en el estado anímico de los atletas.En vano los chilenos, como para consolar a los italianos, dicen que Santiago se parece a Turín [...] Y ello tal vez para tratar de hacer olvidar la realidad de ésta capital, que es el símbolo triste de uno de los países subdesarrollados del mundo y afligido por todos los males posibles: desnutrición, prostitución, analfabetismo, alcoholismo, miseria... Bajo éstos aspectos Chile es terrible y Santiago su más doliente expresión, tan doliente que pierde en ello sus características de ciudad anónima."Extracto del texto de "Il Resto del Carlino"

La nota provocó indignación en los medios de comunicación nacional. Posteriormente fue reproducida por El Mercurio días antes del partido entre ambos seleccionados, mientras El Clarín tituló «Guerra Mundial», enardeciendo el ambiente en contra del conjunto visitante.
"Nosotros también vimos la pobreza en el sur de Italia (durante la gira de la selección por Europa), pero preferimos hablar de las maravillas de Venecia y Florencia."Editorial de Revista Estadio, 1962.
Conscientes de que el partido sería duro por la guerra de declaraciones previas, los jugadores de Italia entraron a la cancha lanzando ramos de claveles blancos a las 66.000 personas presentes en el Estadio Nacional de Chile como forma de demostrar que venían en un ambiente de paz. Como respuesta, la multitud provocó una estruendosa silbatina y las pifias llenaron el recinto. Se dice que el jugador italiano de origen argentino Omar Sivori, consciente de la situación, se habría negado a participar en la formación inicial.
El partido comenzó e inmediatamente ambos equipos comenzaron a presionar violentamente a sus contrincantes y los golpes comenzaron a aparecer rápidamente. La primera falta fue ocasionada a los 12 segundos de juego y a los siete minutos, un violento golpe del delantero Giorgio Ferrini al chileno Honorino Landa provocó la primera expulsión por parte del árbitro inglés Ken Aston. Ferrini se negó a abandonar la cancha, lo que motivó la intervención de personal de Carabineros de Chile, procediendo a su arresto.
Sin embargo, bastarían minutos para que fuera el mismo Landa el que cometiera una falta notoria, siendo perdonado por el árbitro. El partido comenzaría a desarrollarse lentamente debido a que continuamente se detenía producto de una falta que provocaba discusiones y disputas entre los jugadores.
En el minuto 38 del primer tiempo se produciría el enfrentamiento más fuerte de la jornada. Leonel Sánchez avanza por el costado izquierdo de la cancha siendo marcado por Mario David, provocando la caída de Sánchez. Mientras el chileno está en el suelo, David golpea el balón y, de paso, a Sánchez lo que provoca su furia. Leonel Sánchez (hijo del ex-campeón chileno de boxeo, Juan Sánchez) se levanta y propina un golpe con su puño izquierdo a David, pero no es sancionado por el juez Aston. Se dice que el británico le habría consultado al juez de línea Fernando Buergo y que el mexicano lo habría negado por una suerte de camaradería latinoamericana. Minutos después, David se vengaría y le propinaría una patada a Sánchez, siendo inmediatamente expulsado por Aston.


Al regresar al segundo tiempo, Chile mejora su juego y a los 74', un tiro de Sánchez rebota en el arquero Carlo Mattrel que no logra despejar y finalmente anota Jaime Ramírez. Un minuto después, un tiro de Landa es anulado por estar fuera de juego. A los 88', un tiro de Jorge Toro a más de 30 metros de distancia se inserta en el arco italiano decretando el 2:0. Una nueva falta contra Landa permite al árbitro Aston terminar con el partido a los 90' exactos. El estadio estalla de alegría pues Chile aseguraba su clasificación a la segunda ronda.
El partido fue considerado rápidamente como uno de los más violentos en la historia del fútbol. El comentarista inglés David Coleman hizo la presentación de este partido cuando fue transmitido en la televisión británica. Dicha introducción ha sido considerada como una de las mejores de dicho locutor.
"Buenas tardes. El juego que están por presenciar es la exhibición de fútbol más estúpida, espantosa, desagradable y vergonzosa, posiblemente, en la historia de este deporte. "—David Coleman, 1962
El árbitro Aston es criticado internacionalmente por favorecer a los chilenos que son tratados de caníbales por la prensa itálica. Aston reconoció posteriormente que tuvo un mal desempeño durante el partido, pero se excusó diciendo: "No estaba arbitrando un partido de fútbol, estaba actuando como un juez en un conflicto militar". Además, posteriormente aseguraría que pensó en suspender el evento, pero temió que el estadio provocara un motín. La FIFA, considerando la situación, ordenó a sus árbitros que Chile no recibiera ningún tipo de favor por su localía y que aplicaran mano dura en los siguientes encuentros.
Tras el partido, Chile había obtenido la clasificación inmediata a segunda ronda. Posteriormente, Alemania Occidental derrotaría a los locales y eliminaría a Italia de la competencia, a pesar de que éstos derrotaron a Suiza por 3:1. Chile avanzaría hasta semifinales siendo derrotados por 4:2 ante Brasil, que a la postre sería el campeón. Así, la nación austral obtuvo el tercer lugar en el campeonato, la mejor actuación en una competencia de este deporte en su historia.

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