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Vale quitarle importancia a Cristiano para no arrugar la moral de la tropa cuando falta, pero hay un Madrid con él y otro sin él. Contagiado de su energía y su agitación, el equipo de Pellegrini le disputó desde el principio el centro del cuadrilatero al Barça cuando sólo se esperaba que sacase alguna mano buscando el KO.
El clásico tuvo un arranque feroz y extraordinariamente táctico, porque Pellegrini tiró la zaga arriba, aunque sin una presión excesivamente agresiva. Eso redujo el escenario de operaciones a treinta metros y el Barça va a menos con las estrecheces de espacio. No sólo porque sus llegadores deben arrancar de más atrás, sino porque sus lanzadores, Xavi e Iniesta, instigadores de su fútbol milagroso, se sienten más acosados en la búsqueda del último pase.
La traducción de la estrategia sobre el once fue que Pellegrini dejó a un semigaláctico, Benzema, en el banquillo para aprovechar un futbolista con menos gol pero más actividad, Higuaín. Y esta vez sí puso en blanco sobre verde esa ocupación efectiva de las bandas, con Marcelo permanentemente en la izquierda y Cristiano entrando al relevo en las galopadas de Sergio Ramos por la derecha. El resto lo puso Lass, cerrando aquí y allá, convirtiéndose en cierre plenipotenciario del equipo blanco. Guardiola reservó a Ibrahimovic, que sólo estaba para un tiempo, esperando que al Madrid le madurase la fatiga.
Durante más de media hora, el hasta entonces líder se sintió moderadamente cómodo y dominador, tiempo suficiente para encontrar, y desperdiciar, una oportunidad de platino. Ocurrió en el minuto 19. Kaká bordeó el área y aguantó un par de empellones hasta que amaneció a su derecha Cristiano Ronaldo, lanzado y sin marca. El portugués lo vio tan fácil que quiso cruzar sin demasiada potencia con la derecha y Valdés metió un pie que le pareció sagrado al Camp Nou.
Antes y después, el Madrid había llegado e impuesto respeto ante un Barça más trabajador que brillante, lo que también habla bien de su empeño y capacidad de sacrificio. Casillas detuvo sin apelar a la santidad que le atribuye el Bernabéu dos remates cruzados y sin veneno de Henry e Iniesta. Y Marcelo cerró el reparto de oportunidades con un remate tardío y tras un mal control que no dio con la puerta. Antes de irse al descanso, el Barça se acercó a su mejor versión y encadenó diez minutos de asalto que tampoco tuvieron un gran efecto intimidatorio, aunque hicieron el campo más largo, la peor de las amenazas para los de Pellegrini.
Ese arrimón antes del intermedio dio pistas al Barça, que volvió en picado del descanso, entregándose a Iniesta, Xavi, Busquets, Messi... e Ibrahimovic. El sueco entró, vio cómo Higuaín perdía la segunda gran ocasión blanca por un cruce providencial de Puyol y, casi a continuación, empalmó de izquierda en el segundo palo un centro muy llovido de Alves para poner el partido donde quería Guardiola. Faltaría más después de pagar 45 millones más Etoo, que diría Pep.
Y con el Barça cuesta abajo, giró de nuevo el partido cuando Busquets cortó con la mano un contragolpe y vio la segunda cartulina amarilla, con media hora por delante. Y entonces saltaron las costuras del partido, que pasó de táctico a emocional. Cristiano perdió un gol hecho y reclamó un penalti por empujón de Piqué no demasiado contundente pero real antes de marcharse agotado; el propio Piqué respondió con igual resultado y Puyol rodó por enésima vez para interponerse entre un remate del recién entrado Benzema y la red.
No le fue mal al Barça en el cuerpo a cuerpo, porque jugó también con la desesperación del Madrid, más vulnerable a campo abierto. Y así, sufriendo, viendo cómo Benzema erraba a dos metros de puerta, cómo Raúl percutía una y otra vez contra su zaga y cómo Casillas le sacaba un balón imposible a Messi, aguantó hasta el final y ganó a los puntos. Hay cambio de líder, pero también hay Liga.
Etiquetas: FC Barcelona, Jugadores, La Liga, Real Madrid
enviado por Buho @ 23:49 3 comentarios
Eso de que lo tumba, no se yo. Los del Barça estuvieron todo el partido con el culo apretado, y eso que llevaban dodotis de última generación. Fíjate que hasta Laporta acabó alabando al Rea Madrid, lo nunca visto!
Un tío que sale al campo y al tercer toque de balón que hace, mete gol...a eso en mi pueblo se le llama "tumbar"..No digo que el Madrid jugase mal.... pero tratar de autoconvencerse de la derrota sacando de argumento los comentarios de Laporta... lo que hay que ver....
Lo peor de todo es que sacaron como lo mejor del partido que Iniesta mandara a callar a Ronaldo y sólo eso le hace ser mejor jugador, amos hombre no me jodas.!..
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